El ministro de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Lorenzetti y el CEO de PERFIL Network, Jorge Fontevecchia, participaron en el Salón de los Pasos Perdidos de la Cámara de Diputados de la charla “Fake News, Política, Derecho y Periodismo” organizada por la diputada Victoria Donda. Plantearon los ejes para un nuevo esquema jurídico y mediático frente a la realidad de las redes.
Que en el convulsionado final de año político argentino, diputados de distintas fuerzas -incluso el presidente de la cámara, Emilio Monzó-, asistan a una charla de dos especialistas sobre fake news en la sala de Pasos Perdidos de la Cámara es un dato político: algo de la grieta empieza a moverse. Y en un sentido de aproximación o, al menos de diálogo.
La presencia de dirigentes como Daniel Lipovetzky, Facundo Moyano, Wado De Pedro, Karina Banfi, Gabriela Cerrutti en la charla puede ser un elemento fundacional, vinculable al Cabildo Abierto de periodistas, que se realizó en el Patio de los Naranjos la semana anterior: la puerta de un debate sobre el sentido de la ética en las campañas políticas: una ética que debería contener el compromiso de no-inclusión de las fake news al final del camino.
Cabildo Abierto de debate sobre el periodismo en la presentación del nuevo libro de Fontevecchia
Ricardo Lorenzetti
- “El Congreso tiene la enorme responsabilidad de regular la democracia. Especialmente, con este tema, el de las fake news, que en todo el mundo está generando muchísima preocupación. Uno de las claves para entender el tema es que la libertad de expresión resistió a las dictaduras y los autoritarismos. El problema de las redes sociales es cómo se afecta la credibilidad. Lo que se dice puede ser afectado a través de lo que se haga en las redes sociales, de una manera sistemática y anónima. Eso hace que el discurso político y social pueda ponerse en duda.”
- “Cualquier persona tiene hoy toda su vida puesta en internet. Y eso puede hacer que en unos años no consigamos trabajo por esos mismos datos (el riesgo de enfermarnos, por caso). Y eso puede expandirse a lo que hagamos. E incluso, a lo que opinamos. Se pone en riesgo la vida privada de las personas. Se puede condicionar la vida de las personas. Las redes tienen una estructura tecnológica que difiere de las leyes de cada país. Y esto lleva a la polarización. Es un riesgo para la estructura democrática. Si imaginamos que la opinión de las personas, puede ser orientada, estamos frente a un problema. Esa orientación no solo puede estar en manos de las grandes empresas. También pueden hacerlo los estados. Que al actuar sobre los ciudadanos pueden influir también en los países.”
- “Otro problema es cómo influye todo esto en la parte escrita, en Internet. El mundo reacciona de diversas maneras ante estas amenazas. Y aquí, cada modelo regulatorio tiene un riesgo. Un modelo regulatorio sería la sanción penal: decir, como sucede en Malasia, que la noticia falsa es un delito. Pero el tema es cómo determinar cuándo empieza una noticia y cuándo ya es opinión. En Francia, Alemania e incluso en Italia se aplicaron otro tipo de estrategias”.
Jorge Fontevecchia: "Hay que cerrar la etapa del periodismo de guerra"
Jorge Fontevecchia
- “Los medios tal como nosotros los conocimos están vinculados a la libertad económica: la ley antitrust de Estados Unidos marcó un comienzo que hizo que sea la publicidad lo que sea el soporte de los medios tal como los conocemos. La radio era un medio de comunicación entre barcos. Lo que la transformó en un medio periodístico es precisamente la publicidad. Hoy ese esquema se ve amenazado, especialmente a partir de que Google y Facebook se llevan gran parte de la inversión publicitaria. Esto produce un cambio en el ecosistema de la comunicación”.
- “En este contexto, los medios se hacen más partisanos. Cuando había menos medios, por la propia supervivencia, ellos mismos debían ser plurales. En el contexto de tres canales de televisión, no se puede estar de un lado u otro de la grieta, de cualquier grieta. Esos medios no eran pluralistas por altruismo, sino porque no se podían perder la mitad de la audiencia. Con 150 canales, eso cambia: puede haber canales pro-Trump o anti-Trump. Y eso lleva al sesgo en la información”.
- “El cambio tiene que ser político. Los algoritmos son diseñados por ingenieros, Para ellos, la información son bits. Y lo que resulta muy adecuado a la hora de recomendar una película o una canción, ahora se transforman en “recomendaciones” a las personas que lo que hacen es confirmar su sesgo. A nivel de información, lo que sucede es que esas personas reciben aquella información que confirma lo que piensan. Se produce una retroalimentación que es lo que llamamos grieta. Es muy probable que, cuando se esté criticando a los medios, se está criticando el sistema de división de poderes. Tal división sirvió para que se consolide un estado de bienestar que duró unos 40 años. Pero este sistema en los países desarrollados está en crisis desde hace dos décadas no está produciendo un avance económico. Por primera vez, la clase media vive peor que sus abuelos o sus padres. Esto genera una desazón con la democracia. Y esto hace que surjan líderes que hablan del descontento con la democracia. Un fenómeno, el populismo, que no es derecha ni de izquierda en sí mismo. El populismo es una herramienta discursiva, que ve a la prensa como un adversario. Los regímenes que creen en una sola verdad no quieren mediaciones. La del parlamento, la del poder ejecutivo. Y la de los medios. Por eso se llaman así. Si hay una verdad única, los medios no tendrían sentido. Por eso, la libertad es clave”.
Fontevecchia y Fernández Díaz hablaron de política, medios, Bonadio y Duran Barba.
Victoria Donda, la lectura política:
La charla fue cerrada por la diputada de SOMOS, Victoria Donda, que propuso una decodificación política del debate:
- "Cuando hablamos de fake news hablamos de corrupción. Y de corrupción política de un sector que no puede llegar al poder sin mentira ni manipulaciones. Estos tiempos nos exigen un compromiso ético. El sistema democrático nos exige ética. Hagámoslo. Vamos a impulsar un compromiso político para que en la próxima campaña electoral no se usen noticias falsas”.
Superar la grieta, los sesgos. Apostar por la libertad y sus riesgos, en otras palabras.